Imágenes del puerto de Burriana, un mar de recuerdos.






Hace unos días Roberto Roselló, apelaba a un supuesto síndrome de diógenes, por ser coleccionista de todo aquello que en un momento u otro de su vida ha formado parte de ella. Un recorte de periódico, una entrada de cine, un programa de un acto, fotografías, cintas de casete, cintas de vídeo, cintas de Súper 8 e incluso de 8. Somos unos apasionados del "trasterio" y de guardar todo aquello que en su momento no tenía ni importancia, ni consideración y que hoy forma parte de la historia, de la historia de la que hemos sido parte y de la historia en la que muchos de nuestros antepasados han sido protagonistas destacados.

De ese baúl de los recuerdos, que más que un baúl es un almacen, "una planteta baixa", recuperé algunas cintas de super 8 de mi padre, Juan Tejedo Burdeus, junto a ellas, una máquina de empalmar cintas, el adhesivo, la guillotina, un proyector, el tomavistas y un magnetofón Grunding Stereo, que tras una laboriosa sustitución de las bandas elásticas que hacían girar sus poleas, (mérito indiscutible de mi buen amigo Joan Piquer Alemany "Piquer") todavía funciona. No obstante es el único equipo que funciona, el resto forman parte del museo de herramientas/aparatos que mi hermano y yo, heredamos orgullosos de nuestro querido padre.

Me empeñé en recuperar el contenido de aquellas cintas de Súper 8 y para ello me volví loco buscando por todos los lados un proyector sonoro, por si aquellas reliquias repletas de imágenes con muchos años, además tuvieran sonido. Apelé a la generosidad de diversos amigos, Enric Safont, Vicente Felis, el suegro de Francis Orenga, Joan Piquer (que siempre tiene de todo). Fuimos capaces de recuperar entre cinco y ocho proyectores, ninguno de ellos acabó funcionando, lámparas fundidas, poleas que no giraban, etc. Muertos y heridos de guerra, de la guerra de la vida.

Al final internet nos dió la última oportunidad y adquirí un proyector de Súper 8, sonoro y que afortunadamente funciona de maravilla y que me ha permitido extraer recuerdos en imágenes como las que tenéis aquí. 

Unas imágenes que mi padre filmó en el puerto de Burriana, en un domingo familiar y donde he suprimido la parte de la familia por aquello de preservarla y tampoco cansaros con contenido irrelevante.

Veréis un camión repartiendo pescado por la actual avenida de la Mediterránia, la parte del tinglado y las barquitas de remos de Sanz que hacían el deler de muchos de nuestros conciudadanos e incluso de vecinos de otras poblaciones que se acercaban a nuestro mar, yo las recuerdo veladamente, como un sueño en lo más profundo de mi memoria. En estas imágenes familias de hombres y mujeres del mar, como la Familia Anda, la Familia Gurrea, la Familia Palmer y la Familia Company. Seguro que me dejo algunos de los protagonistas de este corto, pero espero vuestra aportaciones para modificar o añadir si fuera necesario.

Sirva pues esta publicación como el sincero homenaje a los hombres y mujeres del mar y como no también a mi padre, Juan Tejedo Burdeus, por llevar siempre viva la afición de hacer de la cámara, fuera fotográfica, de Súper 8 o posteriormente de vídeo, la prolongación de sus ojos.